1. Jengibre, el antigripal de la naturaleza
Para el malestar, prepara esta infusión: pica una cucharada de jengibre fresco y agrégalo a una taza de agua hirviendo. Puedes añadir miel y un poco de limón. El jengibre te ayudará a sentir mejor por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacteriales, según un estudio de los Archives of Family Medicine.
2. Vaporizaciones de eucalipto
Abre tus vías respiratorias y alivia la irritación de la garganta con vapor de eucalipto, que tiene propiedades expectorantes. Con mucho cuidado, vacía agua muy caliente en una vasija amplia y agrega aceite u hojas de eucalipto. Coloca una toalla en tu cabeza para tratar de atrapar todo el vapor y poder respirarlo.
3. Sopa de pollo
Un estudio de la Universidad de Nebraska confirmó lo que todas las abuelas ya sabían: una sopa de pollo te hace sentir mejor porque reduce la congestión y lubrica la garganta, aliviando la irritación. Además, contiene compuestos químicos semejantes a los antigripales, que ayudan a sanar más rápido.
4. Descanso
Aprovecha para consentirte y no salgas de la cama. Un buen descanso ayuda a que tu sistema inmune actúe mejor, acelerando el proceso de recuperación: “al mantenernos en reposo, el cuerpo puede dedicar más energía a combatir la enfermedad”.
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